¡Vaya con la valla!

Las obras del “búnker” del Casal de barri que está realizando el Ayuntamiento se han alargado más de lo que los vecinos y vecinas esperábamos. Lo ha notado la Txaranga dos Porristas, que se ha tenido que ir a ensayar a otro local. Lo ha notado el casal y las entidades de Prospe, que guardan allí los materiales en un barrio donde andamos muy escasos de espacio. Lo han notado los vecinos, cuando quedó anulado el acceso de las escaleras de la plaza a la calle Santa Engràcia. Quienes parece que no lo han notado han sido las ratas, que siguen paseándose a sus anchas.

Realmente hacía falta sanear el “almacén”, especialmente por sus humedades crónicas. Entendemos que todo necesita su tiempo. Pero los cinco meses que llevan las obras ha sido margen suficiente para que se hayan suscitado todo tipo de comentarios. Que cómo puede ser que se alargue tanto. Que muchos días no acudía nadie a trabajar. Que los trabajadores no siempre tenían las medidas de seguridad necesarias. Que si esto pasa porque se encarga la obra a una subcontrata de la subcontrata. Además, parece que el tema de las humedades, a punto de acabar la obra, no se ha acabado de resolver.

En medio de todo este debate, apareció “la valla” (en la foto).

Nos quedamos estupefactos. “Engendro”, “chapuza”, “despropósito” o… “mierda” han sido las palabras más utilizadas por los vecinos para calificarla. Alguien dejó caer que se podía arrancar y reutilizarla como parrilla comunitaria para el Prospe Beach.

Primero pensamos que era provisional. Pero después de preguntar al distrito, nos informaron de que “la barandilla es la prevista”, y para confirmarlo… nos mandaron los planos.

La primera idea fue chivarnos a Benedetta Tagliabue. Sabemos que la arquitecta es muy celosa defendiendo la obra de su desaparecido marido y compañero Miralles. Pero nos daba miedo que fuera peor el remedio que la enfermedad. Ya hemos tenido bastantes sustos con la plaza.

Al final hemos llegado a la conclusión de que no entendemos de arte. Que la valla pueda ser peligrosa (además de fea) es un problema menor comparado con este nuevo paso hacia la monumentalización de la periferia que tanta literatura ha provocado. Es más, desde el barrio proponemos que el Ayuntamiento la presente a los Premios FAD (Fomento de las Artes y el Diseño). Se lo dan, fijo. Vivir para ver.

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