La lucha vecinal consigue retirar a OHL de la gestión de la residencia de Molí

La gota que ha colmado el vaso ha sido la detección de un brote de sarna que ha afectado a residentes y trabajadores. Pero los familiares de la residencia pública para gente mayor de Molí llevan una intensa lucha para denunciar la mala atención que reciben los residentes y sus familias desde el mismo momento en que la Generalitat cedió la gestión a la empresa Ingesan (OHL).

Una empresa sin experiencia en el sector (es una constructora) y que presentó un presupuesto a la baja, que se ha traducido en reducción de personal, deficiencias en atención médica, la alimentación o la higiene. Lo barato sale muy caro.

La Generalitat ha abierto un expediente sancionador, ha suspendido la gestión de la empresa y ha iniciado gestiones para dársela al grupo que salió mejor valorado en el concurso, pero quedan cuatro residencias públicas de Barcelona en situación similar. Como se ha demostrado, la movilización ciudadana es la mejor arma para que las administraciones públicas asuman sus responsabilidades y no nos den gato por liebre.

Desde el barrio tuvimos que luchar mucho para que se abriera la residencia y ahora para denunciar su funcionamiento nefasto. El siguiente paso es exigir la gestión totalmente pública de unos equipamientos esenciales para dignificar los últimos años de la vida de las personas. No queremos ánimo de lucro ni corrupción en los servicios básicos. La Generalitat tiene que responder.

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